Con la llegada del nuevo año inicia su andadura este blog. Por un lado, se trata de un trabajo para la asignatura de Sociedad del Conocimiento, Tecnología y Educación del Grado de Pedagogía de la UNED. Por otro, pretende ser un lugar de reflexión y encuentro, un lugar para todos aquellos que amamos la educación y creemos, firmemente, que es una tarea difícil pero hermosa de la que depende nuestro futuro como individuos y como sociedad.

lunes, 23 de enero de 2012

Pequeños gestos, grandes cambios

Como ya os comenté en mi anterior post, este fin de semana, ha sido de cine en todos los aspectos. El sábado lo pasamos fenomenal cuando nos convertimos en directores, guionistas y actores para grabar el corto. El domingo mi marido y yo, vimos la película "Cadena de favores" de la directora Mimi Leder. Está protagonizada por Haley Joel Osment, Kevin Spacey y Helen Hunt en los papeles principales y se basa en la novela homónima de Catherine Ryan Hyde

El argumento de la película gira en torno a un profesor que propone a sus alumnos como tarea de clase buscar métodos para mejorar el mundo, o por lo menos, la comunidad que les rodea. Un alumno se toma muy en serio la propuesta e inventa un sistema ingenioso y simple a la vez. Su idea consiste en ayudar a tres personas en algo que no podrían conseguir por si mismas. Cada una de esas tres personas, en lugar de devolverle el favor a quien se lo ha hecho, deberá ayudar a otras tres, y así sucesivamente. La desinteresada propuesta tiene una gran acogida entre la gente. Se genera un movimiento que cambiará el mundo

En mi opinión, es una película fabulosa llena de referencias pedagógicas sobre las que merece la pena reflexionar. Entre otras:
  • ¿Se necesitan grandes medios materiales para educar? 
  • ¿El docente es el único que puede y debe enseñar en el aula? 
  • ¿Debemos educar a los niños para que se incorporen a nuestro mundo o para que lo mejoren? 
  • ¿Es consciente la sociedad del potencial que se esconde dentro de cada niño? 
  • ¿Nuestro modelo de educación les ayuda a desarrollar ese potencial o lo ahoga hasta extinguirlo?
A aquellos que no la hayáis visto, os invito a verla; a aquellos que ya lo hayáis hecho, os invito a disfrutarla de nuevo. 

Aquí os dejo el tráiler de la película:

domingo, 22 de enero de 2012

Mi concepto de ecología humana

Este fin de semana en casa hemos vivido un fin de semana de cine. Hemos rodado este corto que os presento en exclusiva y que ilustra mi concepto de ecología humana. Espero que os guste....



La conciencia ecológica se ha incrementado de manera notable en los últimos años. La ecología lo impregna todo: agricultura ecológica, coches ecológicos, viviendas ecológicas, contenedores de basura ecológicos, etcétera. Asuntos como el calentamiento global o la necesidad de llevar a cabo un desarrollo sostenible nos resultan tremendamente familiares. Incluso los niños aprenden en el colegio, desde edades tempranas, la importancia de cuidar el medio ambiente como forma de garantizar un futuro mejor.

Si preguntamos a un niño que puede hacer para ayudar a nuestro planeta nos hablará del reciclaje y sus colores: verde para el vidrio, azul para el papel, amarillo para los envases; de la importancia de ahorrar agua: ducharse en lugar de bañarse, cerrar el grifo mientras te lavas los dientes; de que hay que ahorrar energía: apagar la tele si no la estas viendo, las luces cuando sales de una habitación... Tiene claro que para cuidar el medio ambiente cada pequeño gesto cotidiano cuenta y que juntos podemos salvar nuestro planeta.

Si preguntamos a un niño que puede hacer para ayudar a otros nos hablará de días y campañas: campaña de recogida de comida para las personas que no tienen; campaña de recogida de juguetes para los niños que no tienen; campaña para recaudar dinero para hacer escuelas en países donde no hay y los niños no pueden ir al colegio... Todas estas cosas tienen en común que son grandes y fantásticas acciones destinadas a ayudar a los demás. Sin duda, es maravilloso concienciar a los niños de que, más allá de su entorno inmediato, hay gente que necesita ayuda; pero, sin olvidar enseñarles a cuidar y respetar a las personas de su entorno más cercano día a día, mediante sus pequeños actos cotidianos.

Las normas básicas de convivencia son algo que los niños dominan en teoría pero que no manejan con suficiente destreza en el terreno práctico. Es hora de que los manuales de normas de convivencia abandonen el cajón del anonimato en los centros escolares y se conviertan en protagonistas de la vida diaria en las aulas por medio de juegos, talleres, actividades, debates... Debemos aumentar el número de horas que dedicamos a trabajarlas con los niños.

Enseñémosles a ver que: su compañero de al lado que no deja de moverse y siempre acaba metiéndose en algún lío; aquel que siempre ocupa la última fila y es poco hablador; aquel que pasa el recreo solo en un rincón del patio sin jugar con nadie, son también personas que necesitan de toda su ayuda y comprensión. Enseñémosles a no burlarse los unos de los otros, a no aislar al diferente, sino a aceptarle como es y tratar de ayudarle, a compartir, a cooperar...

Trabajemos para que la próxima vez que alguien pregunte a un niño que puede hacer para ayudar a los demás no solo piense a lo grande. Para que sea consciente de que en este terreno, también, cada pequeño gesto cotidiano cuenta. Enseñémosles ecología humana.


jueves, 19 de enero de 2012

Un buen cachete a tiempo...

Quien no ha escuchado esta frase alguna vez en boca de algún tertuliano, cuando se conversa acerca de la conveniencia o no de la bofetada, el azote, la colleja... a la hora de imponer límites a los niños.

Los que se declaran en contra, lo consideran poco educativo y lo tachan de una forma leve de maltrato. Los que se declaran a favor, matizan que sólo en situaciones puntuales y relativizan sus consecuencias. Argumentan que a todos nos han dado algún que otro cachete y no estamos traumatizados ni nada por el estilo.

Cuando reflexiono acerca de este tema no puedo evitar compararlo con la violencia hacia las mujeres. 

Son muchos los parecidos que encuentro entre ambos tipos de agresión. 
  • La situación de dependencia respecto al agresor. Esta dependencia puede ser emocional, económica o una combinación de ambas.
  • La inferioridad de fuerza física respecto al agresor.
  • El agresor considera al otro como un objeto de su propiedad. Se siente, además, en el deber de ejercer sobre este el papel de guía y enseñarle el camino correcto. ¡Como si alguien supiera a priori cual es!
  • El menosprecio a las capacidades del otro como individuo. Se le considera inferior.
  • Se culpa a la víctima de provocar con su comportamiento obstinado y desobediente la reacción violenta. Si hubiese hecho caso no habría pasado.
  • Cierta exclusividad para usar la violencia como forma de manejar al otro.

Por desgracia, solo hallo una diferencia. Nuestra sociedad actual, en claro avance respecto a épocas anteriores, rechaza de manera rotunda cualquier violencia contra las mujeres y cualquier justificación para ella. En cambio, cuando hablamos de los niños, el avance se ha dado en el ámbito institucional, pero en la calle, demasiados ciudadanos siguen manteniendo una actitud ambigua que rechaza las palizas, a las que sin duda califican de maltrato, pero justifican el uso del cachete en determinadas situaciones. Creo que esta ambigüedad surge de la forma en que cada uno interpreta el maltrato. Un cachete puede que no deje secuelas físicas, puede que tampoco traumatice al niño de por vida, pero lo que resulta innegable es que maltrata la autoestima y deja nefastas secuelas educativas. Le enseñamos que cuando eres más fuerte que otro y crees llevar razón puedes pegarle para "convencerle" de hacer lo correcto ¡Cuantos lideres mundiales habrán pensado esto mismo antes de iniciar una guerra!

Si has perdido los nervios alguna vez, si te has visto desbordado a la hora de resolver un problema con tu hijo y le has dado un cachete. Primero, perdónate a ti mismo, errar es humano y todos lo somos. Después, pídele perdón a tu hijo, pedir perdón es de sabios y, puesto que estas leyendo sobre el tema, tu quieres serlo cada día un poquito más. Por último, reflexiona tranquilamente acerca de lo ocurrido y ten prevista para la próxima vez una manera mejor de reaccionar. Así crecerás como educador, mientras tu hijo crece como persona.

Si el diálogo no funciona, cambiemos las palabras que lo forman e intentémoslo de nuevo, cuantas veces haga falta, pero nunca abandonemos su camino para coger el camino corto de la violencia.

domingo, 15 de enero de 2012

El ojo por ojo

El pasado día 12 en las noticias de antena3 se alertó sobre un aumento de casos de sarampión en toda España. La causa principal de este repunte está en que algunos padres, por temor a los posibles efectos secundarios de las vacunas, se niegan a vacunar a sus hijos. El miedo y la falta de formación sobre el tema, les llevan a poner la vida de sus hijos y la de los demás en peligro. 

Esta noticia me trajo a la memoria otra lacra del pasado que vuelve para hacernos retroceder: el ojo por ojo. Como una enfermedad contagiosa avanza por nuestra sociedad con el objetivo de destruir los pilares de la convivencia basada en el diálogo. Primero se introduce en las familias. Por miedo a que sus hijos se conviertan en víctimas les incitan a devolver las ofensas sin dudarlo y les convierten en verdugos. Pero ya sabemos lo que el miedo y la falta de conocimientos es capaz de hacer. 

¡Menos mal que ahí está el sistema educativo para frenar su avance! 

Pero hay radica el verdadero problema. Ya se han notificado algunos casos de contagio entre profesionales de la educación. Se trata de profesionales de escasa o nula formación pedagógica. Profesionales que faltos de vocación, bien porque nunca la tuvieron, bien porque la perdieron en el camino, sucumben al fácil ojo por ojo, incapaces de implementar medidas mejores en sus aulas. Estos profesionales también suelen olvidar que su tarea no se centra solo en los contenidos, sino también en las formas. Si llegan tarde, dan una lección de impuntualidad; si ridiculizan, de crueldad; si etiquetan a un  alumno, de discriminación... 

Volviendo al símil sanitario, en caso de pandemia se vacuna de inmediato a los profesionales de los sectores necesarios para evitar un colapso de los servicios básicos. Por favor, vacunemos a nuestros profesionales de la educación contra el ojo por ojo. Si consigue hacerse con el sistema educativo estamos perdidos. 

Por último, dada la vital importancia del asunto, si detectas algún caso de contagio del ojo por ojo, por leve que sea, entre el personal del sistema educativo, ponlo de inmediato en conocimiento de las autoridades competentes para su tratamiento.  

lunes, 9 de enero de 2012

Muñecas ¿un juego de niñas?

La noche del 5 de Enero Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente recorren el mundo repartiendo ilusión y haciendo realidad los sueños de los más pequeños. La mañana del 6 de Enero, en algún hogar, alguien exclama: ¡Le han dejado una muñeca a mi hijo!

Cada 6 de Enero se abre un viejo, pero no por ello superado, debate: ¿Hay juegos de niños y juegos de niñas?

En plena época de la igualdad, en la cual desde todos los ámbitos e instituciones tratan de combatir y erradicar la discriminación por género, lamentablemente todavia hay gente que cree que la respuesta a esta pregunta es un rotundo: SI.

Todos conocemos la importancia del juego para el desarrollo de los niños. Ya Aristóteles hablaba de su utilización desde el punto de vista educativo. Hoy sabemos que resulta necesario para su desarrollo psicomotriz, cognitivo y afectivo-social. Incluso se llega a decir que el niño que no juega es un niño enfermo. El juego en si es, por tanto, lo esencial. Los juguetes desempeñan una función de apoyo, porque en el juego,  y en especial en el juego simbólico, se convierten en simbolos de otras cosas. En el juego el niño expresa su creatividad, se siente libre para conocer el mundo, para experimentar con él sin las barreras, que debido a su natural inmadurez, le impone el mundo real.

Las muñecas son uno de los juguetes más antiguos en la historia de la humanidad. Han sido siempre un elemento importante en los juegos de los niños, y sobre todo de las niñas, y han contribuido notablemente a la socialización de estas como amas de casa y como madres. En una sociedad donde ambos asuntos también eran cosas de mujeres, resultaba evidente denominar a las muñecas  juego de niñas. ¿Pero que sucede hoy en día? ¿Nos identificamos con ese modelo de sociedad? Yo diría que NO. Muy al contrario, la sociedad actual valora positivamente a los hombres que se involucran en el cuidado de la casa y de los hijos. Pero, a veces, olvida que estos hombres antes necesariamente deben ser niños a los que dejar jugar con cocinitas y con muñecas sin prejuicio alguno.

Desterremos de una vez por todas y para siempre los prejuicios que encasillan el juego infantil. Puesto que el juego desempeña un papel tan importante y necesario en el desarrollo sirvámonos de él para educar, para educar en la igualdad.