Con la llegada del nuevo año inicia su andadura este blog. Por un lado, se trata de un trabajo para la asignatura de Sociedad del Conocimiento, Tecnología y Educación del Grado de Pedagogía de la UNED. Por otro, pretende ser un lugar de reflexión y encuentro, un lugar para todos aquellos que amamos la educación y creemos, firmemente, que es una tarea difícil pero hermosa de la que depende nuestro futuro como individuos y como sociedad.

domingo, 22 de enero de 2012

Mi concepto de ecología humana

Este fin de semana en casa hemos vivido un fin de semana de cine. Hemos rodado este corto que os presento en exclusiva y que ilustra mi concepto de ecología humana. Espero que os guste....



La conciencia ecológica se ha incrementado de manera notable en los últimos años. La ecología lo impregna todo: agricultura ecológica, coches ecológicos, viviendas ecológicas, contenedores de basura ecológicos, etcétera. Asuntos como el calentamiento global o la necesidad de llevar a cabo un desarrollo sostenible nos resultan tremendamente familiares. Incluso los niños aprenden en el colegio, desde edades tempranas, la importancia de cuidar el medio ambiente como forma de garantizar un futuro mejor.

Si preguntamos a un niño que puede hacer para ayudar a nuestro planeta nos hablará del reciclaje y sus colores: verde para el vidrio, azul para el papel, amarillo para los envases; de la importancia de ahorrar agua: ducharse en lugar de bañarse, cerrar el grifo mientras te lavas los dientes; de que hay que ahorrar energía: apagar la tele si no la estas viendo, las luces cuando sales de una habitación... Tiene claro que para cuidar el medio ambiente cada pequeño gesto cotidiano cuenta y que juntos podemos salvar nuestro planeta.

Si preguntamos a un niño que puede hacer para ayudar a otros nos hablará de días y campañas: campaña de recogida de comida para las personas que no tienen; campaña de recogida de juguetes para los niños que no tienen; campaña para recaudar dinero para hacer escuelas en países donde no hay y los niños no pueden ir al colegio... Todas estas cosas tienen en común que son grandes y fantásticas acciones destinadas a ayudar a los demás. Sin duda, es maravilloso concienciar a los niños de que, más allá de su entorno inmediato, hay gente que necesita ayuda; pero, sin olvidar enseñarles a cuidar y respetar a las personas de su entorno más cercano día a día, mediante sus pequeños actos cotidianos.

Las normas básicas de convivencia son algo que los niños dominan en teoría pero que no manejan con suficiente destreza en el terreno práctico. Es hora de que los manuales de normas de convivencia abandonen el cajón del anonimato en los centros escolares y se conviertan en protagonistas de la vida diaria en las aulas por medio de juegos, talleres, actividades, debates... Debemos aumentar el número de horas que dedicamos a trabajarlas con los niños.

Enseñémosles a ver que: su compañero de al lado que no deja de moverse y siempre acaba metiéndose en algún lío; aquel que siempre ocupa la última fila y es poco hablador; aquel que pasa el recreo solo en un rincón del patio sin jugar con nadie, son también personas que necesitan de toda su ayuda y comprensión. Enseñémosles a no burlarse los unos de los otros, a no aislar al diferente, sino a aceptarle como es y tratar de ayudarle, a compartir, a cooperar...

Trabajemos para que la próxima vez que alguien pregunte a un niño que puede hacer para ayudar a los demás no solo piense a lo grande. Para que sea consciente de que en este terreno, también, cada pequeño gesto cotidiano cuenta. Enseñémosles ecología humana.


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